No hay historía más mágica que la que nos relata
"El Principito" para celebrar
El Día del Libro.
La obra del aviador francés, Antoine de Saint-Exupéry,
desaparecido en la II Guerra Mundial habla sobre la esencia de la vida, sobre amor, pérdida, esperanza,
compromiso y esfuerzo.

Para
Teresa Iribarren, Profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC,
El Principito “es un clásico contemporáneo,
ya que no ha perdido su vigencia”.
“Leído hoy apela a la voluntad de
solidaridad respecto a los demás o los animales, de custodiar nuestro
entorno, la naturaleza”.
Es un libro que nos hace preguntarnos sobre el sentido más profundo de
la vida y hace que no subestimemos a los niños en su capacidad para
preguntarse cosas trascendentesla.
Es una obra que encierra una vertiente “filosófica” –a través de un lenguaje
poético- sin que esté “bajo el paraguas de ninguna confesión religiosa”,
lo cual también explicaría que sea “válida para todas las culturas”. A
esto se le suma el hecho de que el texto va acompañado por imágenes
pintadas por el propio autor.
En conclusión, para la profesora es un libro que “apela a la
imaginación, a la inteligencia y al sentido crítico de los niños”, a la
vez que es “una invitación para que los adultos se interroguen sobre las
cosas más fundamentales y vayan más allá de las apariencias”.
ALGUNAS FRASES DEL PRINCIPITO