sábado, 28 de marzo de 2015

V CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE TERESA DE JESÚS





Un 28 de marzo del año 1515 nacía en Ávila, en el seno de una familia de conversos, por vía paterna, la que en el siglo se llamó Teresa Sánchez Cepeda Dávila y Ahumada, o más habitualmente Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582), se caracterizó desde su más tierna infancia por el entusiasmo con que se adhirió a todas las causas que abrazó, perfeccionadas la mayoría de ellas por su pasión por la lectura de todo tipo de libros: romanceros y cancioneros, libros de caballerías y vidas de santos y mártires. Una pasión fomentada por su propio padre.

Fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas), mística y escritora española. Doctora de la Iglesia católica. Junto con san Juan de la Cruz, se considera a santa Teresa de Jesús la cumbre de la mística experimental cristiana y una de las grandes maestras de la vida espiritual en la historia de la Iglesia.

Su vida marcó una época, porque, en un mundo dominado por los hombres, defendió el derecho de la mujeres a desarrollar su propia personalidad;  convenció a sus mejores contemporáneos: fray Luis de León, San  Juan de la Cruz, San Francisco de Borja, fray Juan de Ávila, el padre y profesor Domingo Báñez, el inquisidor Quiroga..., incluso a Felipe II.

Santa Teresa es recordada por todos como mujer extraordinaria, adelantada a su tiempo, perspicaz psicóloga y pedagoga y referente de la lengua española por su literatura mística. Grandes personalidades de las letras y del pensamiento se han ocupado de su obra, pero también ha llamado la atención del mundo de las artes, de la pintura, de la escultura o del cine. El interés que despierta Santa Teresa en el ámbito cultural se refleja en Internet con su presencia en multitud de páginas web

Cultivó la poesía lírico-religiosa. Sus versos son fáciles, de estilo ardiente y apasionado, como nacido del amor ideal en que se abrasaba Teresa, amor que era en ella fuente inagotabe de mística poesía.

Las obras místicas de carácter didáctico más importantes de cuantas escribió la santa se titulan: Camino de perfección (1562–1564); Conceptos del amor de Dios y El castillo interior (o Las moradas). Además de estas tres, pertenecen a dicho género las tituladas: Vida de Santa Teresa de Jesús (1562–1565) escrita por ella misma y cuyos originales se encuentran en la biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del El Escorial; Libro de las relaciones; Libro de las fundaciones (1573–1582); Libro de las constituciones (1563); Avisos de Santa Teresa; Modo de visitar los conventos de religiosas; Exclamaciones del alma a su Dios; Meditaciones sobre los cantares; Visita de descalzas; Avisos; Ordenanzas de una cofradía; Apuntaciones; Desafío espiritual y Vejamen.

Teresa escribió también 409 Cartas, publicadas en distintos epistolarios. Los escritos de la santa se han traducido a varios idiomas. El nombre de Santa Teresa de Jesús figura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Real Academia Española.

 
Rubens
Os dejamos una de sus poesías más conocidas



                                                                         

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
    

sábado, 21 de marzo de 2015

DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA


Hoy se celebra el Día Mundial de la Poesía. Esta fecha fue aprobada por  la UNESCO en 1999.




   «Cada poema, aunque único, refleja lo universal de la experiencia humana, el anhelo de creatividad que trasciende todos los límites y las fronteras, tanto del tiempo como del espacio, en la afirmación constante de que la humanidad forma una única y sola familia» 
 (Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Mundial de la Poesía)

  


Como homenaje a este día os dejo una poesía de nuestra invitada de honor al Premio de Poesía Antonio Machado de este año: Sofía Castañón, poetisa asturiana.

Pertenece a su libro “Prohibido silbar” 

                                                A LA SALIDA DEL COLEGIO
              
                 Estos años no van a repetirse,                                                     

                 todos entienden eso.
                 Por eso corren de un lado a otro
                 del patio, directos contra piedras
                 barras de metal, cabezas y dientes.
                 Estos años no van a repetirse
                 y al pestañear los ves,
                 a la salida del colegio,
                 de dos en dos,
                 casándose.