martes, 2 de abril de 2013

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL



La Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI), sección española del IBBY (International Board on Books for Young People), se constituyó formalmente el 27 de julio de 1982 al dejar de existir la Comisión de Literatura Infantil del INLE (Instituto Nacional del Libro Español). La OEPLI, entidad sin ánimo de lucro, se encarga de la realización y coordinación de todo tipo de actividades de promoción relacionadas con el libro infantil y la lectura, así como de las funciones de representación en España del IBBY.

En su página nos explican por qué el 2 de abril se celebra el día internacional del Libro Infantil:
 
Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor/a representativo y a un reconocido ilustrador/a de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos os niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc.

 


MENSAJE DEL DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL

 

Leemos juntos, tú y yo.
Vemos que las letras forman palabras
y las palabras se convierten en libros
que estrechamos en nuestras manos.

Oímos susurros
y ríos bulliciosos en sus páginas,
osos que cantan
graciosas melodías a la luna.

Entramos en misteriosos castillos
y de nuestras manos suben hasta las nubes
árboles florecidos. Vemos niñas valientes que vuelan
y niños que atrapan las estrellas.

Leemos juntos, tú y yo, dando vueltas y vueltas,
recorriendo el mundo con la alegría en los libros.


Poema de Pat Mora
Traducido por la autora

 
 
Conozcamos al autor protagonista de este día
 
Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen (Odense, Dinamarca, 2 de abril de 1805 – Copenhague, Dinamarca, 4 de agosto de 1875) fue un escritor y poeta danés, famoso por sus cuentos para niños.
Su familia era tan pobre que en ocasiones tuvo que dormir bajo un puente y mendigar. Era hijo de un zapatero de 22 años, instruido pero enfermizo, y de una lavandera de confesión protestante. Andersen dedicó a su madre el cuento La pequeña cerillera, por su extrema pobreza, así como No sirve para nada, en razón de su alcoholismo.
Desde muy temprana edad Hans Christian mostró una gran imaginación que fue alentada por la indulgencia de ambos padres y por la superstición de la madre. En 1816 murió su padre y Andersen dejó de asistir a la escuela; se dedicó a leer todas las obras que podía conseguir, entre ellas las de Ludwig Holberg y William Shakespeare.
Sus cuentos, dedicados a niños, resultan también atractivos para los adultos por el sentido moral y filosófico que se esconde tras cada historieta.
Algunos temas son recurrentes en los cuentos de Andersen:
Así, el tema de la muerte está presente en muchos de sus escritos. No la presenta como algo negativo sino como una continuación de la vida o una liberación. Aparece en La pequeña vendedora de fósforos (1845), Bajo el sauce (1853), o en Anne-Lisbeth (1859).
Con frecuencia, en las obras de Andersen, los personajes tenían que elegir entre la razón o el sentimiento. Este tema puede encontrarse en La Reina de las Nieves (1844), No servía para nada (1853) o La Pequeña Ondine.
Varias veces ha recurrido también este escritor danés a presentarnos personajes incómodos con el mundo que les ha tocado vivir. El patito feo (1842), La Pequeña Ondine (1835) o La Dríade (1868) son buenos ejemplos de ello.
Los protagonistas de algunas de sus obras parecen haberse perfilado a imagen y semejanza de su creador. Andersen, que provenía de una familia sin recursos ni posibilidades y logró convertirse en un escritor de enorme éxito y reconocimiento, creó diferentes personajes que inicialmente no tenían ninguna posibilidad de éxito y a los que, con posterioridad, sonrió la suerte. En obras como Le briquet (1835) o Hans le balourd (1855)  podemos verlo.
A Andersen también le gustaba contar la historia de una vida, humana, animal o vegetal. Era incluso capaz de dar vida, lenguaje y sentimiento a un objeto.
En sus escritos la mujer ocupa un lugar preponderante, no encontrando en ocasiones rastro de presencia masculina en todo el cuento. Con frecuencia los papeles protagonistas los ocupan personajes femeninos e incluso muchas veces, los animales son hembra.
En sus cuentos, Andersen es sensible a la belleza, sabiendo otorgársela de manera exquisita a los personajes y a las cosas que describe. La naturaleza y los paisajes son descritos de forma poética y precisa.
Es fácil encontrar en sus cuentos momentos en que objetos mágicos son capaces de cambiar la vida de los personajes a mejor (Le briquet), pero también a peor (Los zuecos de la felicidad; Las zapatillas rojas) .
Como danés que fue, Andersen, recurrió con frecuencia a personajes propios del folklore de su país: duendes, trolls, hadas, brujas, elfos, driandes están presentes en sus obras, aunque también son fuentes de inspiración para él las creencias y leyendas de los países nórdicos que visita.
Otros cuentos conocidos:«El traje nuevo del emperador», «El soldadito de plomo», «El ruiseñor», «La sirenita», «El ave Fénix», «La sombra», «La princesa y el guisante».
Sus cuentos han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a obras de teatro, ballets, películas, dibujos animados, juegos en CD y obras de escultura y pintura.
Aquí tenéis una pequeña muestra de ello: 
 
 

 


 

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