lunes, 31 de marzo de 2014

OCTAVIO PAZ

Hoy recordamos al Premio Nobel Octavio Paz, en el centenario de su nacimiento, con algunos de sus poemas.




AGUA NOCTURNA

La noche de ojos de caballo que tiemblan en la noche,
la noche de ojos de agua en el campo dormido,
está en tus ojos de caballo que tiembla,
está en tus ojos de agua secreta.

Ojos de agua de sombra,
ojos de agua de pozo,
ojos de agua de sueño.

El silencio y la soledad,
como dos pequeños animales a quienes guía la luna,
beben en esos ojos,
beben en esas aguas.

Si abres los ojos,
se abre la noche de puertas de musgo,
se abre el reino secreto del agua
que mana del centro de la noche.

Y si los cierras,
un río, una corriente dulce y silenciosa,
te inunda por dentro, avanza, te hace oscura:
la noche moja riberas en tu alma.


  CONCORDE
                                                                           A Carlos Fuentes
      Arriba el agua
      abajo el bosque
el viento por los caminos

      Quietud del pozo
El cubo es negro El agua firme

El agua baja hasta los árboles
El cielo sube hasta los labios
 


  FRENTE AL MAR
 1
Llueve en el mar:
al mar lo que es del mar
y que se seque la heredad.
  2
¿La ola no tiene forma?
En un instante se esculpe
y en otro se desmorona
en la que emerge, redonda.
Su movimiento es su forma.
    3
Las olas se retiran
—ancas, espaldas, nucas—
pero vuelven las olas
—pechos, bocas, espumas—.
     4
Muere de sed el mar.
Se retuerce, sin nadie,
en su lecho de rocas.
Muere de sed de aire.




NUBES

Islas del cielo, soplo en un soplo suspendido,
¡con pie ligero, semejante al aire,
pisar sus playas sin dejar más huella
que la sombra del viento sobre el agua!

¡Y como el aire entre las hojas
perderse en el follaje de la bruma
y como el aire ser labios sin cuerpo,
cuerpo sin peso, fuerza sin orillas!


jueves, 20 de marzo de 2014

BIENVENIDA PRIMAVERA

Hoy ha llegado la primavera, mañana se celebra el día mundial de la poesía y el día 22 es el día mundial del agua.
Fundiremos estas tres hermosas  palabras recordando algunos poemas de Antonio Machado.







Me dijo un alba de la primavera:
Yo florecí en tu corazón sombrío
Ha muchos años, caminante viejo
Que no cortas las flores del camino.
Tu corazón de sombra, ¿acaso guarda
El viejo aroma de mis viejos lirios?
¿Perfuman aún mis rosas la alba frente
Del hada de tu sueño adamantino?
Respondí a la mañana:
Sólo tienen cristal los sueños míos.
Yo no conozco el hada de mis sueños;
No sé si está mi corazón florido.
Pero si aguardas la mañana pura
Que ha de romper el vaso cristalino,
Quizás el hada te dará tus rosas,
Mi corazón tus lirios.

Me dijo una tarde
De la primavera:
Si buscas caminos
En flor en la tierra,
Mata tus palabras
Y oye tu alma vieja.
Que el mismo albo lino
Que te vista, sea
Tu traje de duelo,
Tu traje de fiesta.
Ama tu alegría
Y ama tu tristeza,
Si buscas caminos
En flor en la tierra.
Respondí a la tarde
De la primavera:
Tú has dicho el secreto
Que en mi alma reza:
Yo odio la alegría
Yo odio a la pena,
Mas antes que pise
Tu florida senda,
Quisiera traerte
Muerta mi alma vieja.




Primavera

"La primavera ha venido.
Nadie sabe cómo ha sido.
La primavera ha venido.
¡Aleluyas blancas
de los zarzales floridos!"

"Nubes, sol, prado verde y caserío
en la loma, revueltos. Primavera
puso en el aire de este campo frío
la gracia de sus chopos de ribera
Los caminos del valle van al río
y allí, junto al agua, amor espera"

"Tejidos sois de primavera,amantes,
de tierra y agua y viento y sol tejidos.
La sierra en vuestros ojos los campos florecidos,
pasead vuestra mutua primavera,
y aún bebed sin temor la dulce leche
que os brida hoy la lúbrica pantera,
antes que, torva, en el camino aceche."

"Tú y yo, silenciosamente,
trabajamos , compañera,
en esta noche de marzo,
hilo a hilo, letra a letra
¡con cuánto amor! mientras duerme
el campo de primavera"

"La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil..."



ORILLAS DEL DUERO

Se ha asomado una cígüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caseròn solitarío;
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.

Pasados los verdes pinos,
casi azules, primavera
se ve brotar en los finos
chopos de la carretera
y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece, más que joven, adolescente.

Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!

¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,
espuma de la montaña
ante la azul lejanía;
sol del día, claro día!
¡Hermosa tierra de España!




ABRIL FLORECÍA

Abril florecía
frente a mi ventana.
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcòn florido
vi las dos hermanas.
La menor cosía;
la mayor hilaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
—su aguja en el aire—,
mirò a mi ventana.

La mayor seguía,
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca
que el lino enroscaba.
Abril florecía
frente a mi ventana.

Una clara tarde
la mayor lloraba
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que en su rueca hilaba.

—¿Qué tienes—le dije—,
silenciosa pálida?
Señalò el vestido
que empezò la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el blanco velo,
el dedal de plata.
Señalò la tarde
de abril que soñaba,
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me enseñò sus lágrimas...
Abril florecía
Frente a mi ventana.

Fue otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcòn florido
solitario estaba...
Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste,
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca...
Tan sòlo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio
espejo brillaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcòn florido
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba...
Abril florecía
frente a mí ventana.