sábado, 26 de enero de 2013

Celebramos la Paz



En el cole celebraremos este año el Día de la Paz realizando diferentes actividades. Nos comprometemos a ser una Escuela sin Racismo, para ello se colocará una placa que nos recordará este compromiso.

Aprenderemos y cantaremos todos juntos la canción de Juanes "Odio por amor"

Trabajaremos en las aulas el poema de Berta Piñán "Naranjas", un poema enternecedor, que aborda el tema de la guerra.





Berta Piñán será la escritora invitada este año para la entrega de premios de nuestro concurso de poesías en castellano y asturiano, que este año celebra su XXXII edición. En la página Web del cole encontrás más información.



"Allí mismo corre un río y junto al río hay un pueblo y en ese pueblo un jardín y en el jardín una casa y en esa casa nací yo, a comienzos de la primavera de 1.963.
Por eso mis cuentos, mis versos, llevan siempre un río dentro y arrastran agua y madera, piedras y hierba, allí mismo junto al río Sella, en la aldea de Cañu, en una casa grande de piedra, leí con sorpresa mi primeras palabras y ya para siempre quedé empapada de tinta y papel."

La Revista de Bibliotecas Escolarees @bareque en el numero 7, junio de 2012, publica la siguiente entrevista a Berta Piñán

Berta Piñán es licenciada en Lengua y Literatura Española por la Universidad de Oviedo y profesora de esta materia en enseñanzas medias. Aunque tiene publicados libros de otros géneros, su trabajo como escritora está centrado en el cultivo poético, con obras como Al abellu les besties (1986), Vida privada (1991), Temporada de pesca (1998) y Un mes (2002). También publicó en narrativa dos libros de relatos: La tierra entero (1999) y La maleta al agua (2006). Con su último trabajo Arroz, agua y maíz, un conjunto de poemas protagonizados por niños de diferentes países del mundo ganó el I Certamen «María Josefa Canellada» de literatura infantil y juvenil en lengua asturiana. El jurado, que adoptó su decisión por unanimidad, destacó la originalidad de la obra premiada, a partir de la lengua asturiana, y valoró de manera especial la gran variedad formal de los poemas, la incorporación de tendencias rítmicas de diferentes literaturas y países.

1. Se habla frecuentemente de programas para la "Animación a la lectura" pero, concretemos un poco, ¿qué recursos utilizaría Berta Piñán en un programa para la "Animación a la poesía"?
A leer poesía se anima, sobre todo, leyéndola y también escribiéndola. Existe entre los docentes una especie de miedo a que los alumnos y alumnas rechacen la poesía porque les resulte difícil o ajena a sus intereses. Sin embargo, a lo largo de quince años como profesora de lengua y literatura, he comprobado que la poesía es un género próximo y asequible a esas edades. Sólo hay que escoger bien los textos y, eso sí, leerlos bien.  
2. ¿Cuáles serían los ejes o puntos principales que marcan su escritura?
Yo creo que se empieza a escribir un poco por tanteo, sin saber muy bien a dónde se quiere llegar. Después viene la constancia y con ella “el oficio”. En medio, en todo ese tiempo que transcurre, se avanza lentamente, un poco como el  trasgu: “dos pasos p´alantre y unu p´ atrás”. Mi escritura ha ido transformándose también con mi vida, ha dado vueltas y, a veces, ha llegado a buen puerto. Sin embargo, creo que después de veinte años escribiendo hay algunas constantes, la reinterpretación crítica del mundo rural o la falta de complacencia con la realidad, podrían ser dos de ellas. Este otoño sacaré un nuevo libro con el título de La mancadura que saldrá en edición bilingüe asturianu/castellano. Creo que es mi libro más duro, más áspero también en el lenguaje y más arriesgado en la forma. Cada vez que me enfrento a un nuevo libro, necesito buscar, indagar en las posibilidades de la poesía para representar el mundo o, al menos, ese pequeño rincón del mundo donde puedes concentrar tus experiencias emocionales e intelectuales. También necesito forzar mis propios límites como escritora, no repetir fórmulas que ya he agotado en otros poemas y después, claro, tener algo que decir, incluso a sabiendas de que todo está una y mil veces dicho.  
3. ¿Qué autor/libro fue el que marcó tu trayectoria como lectora y escritora?
Señalar un solo libro es casi imposible. Cuando estás leyendo con esa voracidad irrepetible de la primera juventud, cada nuevo libro es un descubrimiento, casi un acontecimiento. Quizá, si tuviera que escoger dos lecturas de aquellos años que me impactaron de una forma profunda y duradera, serían En busca del tiempo perdido de Proust y La tierra baldía de T.S. Eliot.  
4. ¿Qué lugar crees que ocupa la poesía dentro de la literatura infantil?
Yo no me considero ni soy realmente, ninguna especialista en literatura infantil ni mucho menos, en poesía infantil. Con Arroz, agua y maíz partí de una idea y después intenté aplicar a esa idea de conjunto dirigida a un público infantil. Ése sí, cada vez que me enfrento a un texto infantil, empleo los mismos recursos y el mismo nivel de exigencia que en cualquier otro poema o relato.
5. Siguiendo con la poesía. ¿Podrías recomendarnos como profesora de enseñanza secundaria algún libro de poesía?
Yo utilizo en clase todo tipo de poemas, desde Góngora a Rosalía, desde la lírica tradicional española hasta los haikus japoneses. Creo que parte del éxito en clase empieza por deshacer tópicos entre el alumnado de manera que siempre hay algún poema o algún tipo de poesía con el que acaban identificándose. Este curso pasado, organizamos en el instituto una lectura de poesía. Al día siguiente, un alumno de 1º de bachillerato al que yo identificaba como “el típico que no tiene interés por nada” se me acercó para decirme que había sido una experiencia muy importante para él. La enseñanza te da estas alegrías de vez en cuando y también te enseña a ser más humilde, a no prejuiciar con tanta facilidad.  
6. Es una pregunta tópica y típica pero puedes decir que libros de poesía han marcado un poco tu época escolar?.
La verdad es que al principio no se leen, por lo general, libros de poesía, sino poemas. Con los libros de texto de literatura ocurría que nunca llegábamos a los temas finales, aquellos donde venía la literatura del siglo XX así que yo, como tantos otros, nos dedicábamos buena parte de la clase a leer furtivamente aquellos poemas. Ahora, cuando los recuerdo con el tiempo, tengo con ellos una sensación material, visual, como si cada poema brillara con luz propia entre las páginas de aquellos libros tan grises de entonces. Algunos de aquellos versos siguen acompañándome a lo largo de los años: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”, “Adeus ríos, adeus fontes, adeus regatos pequenos”, “Si no te conozco, no he vivido, si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido”, “todo ángel es terrible” y tantos otros que han ido quedando en la memoria y que forman el hilo de lo que es mi educación sentimental, como aquellos guijarros que  pulgarcito iba dejando en el camino para volver a casa.  
7. Escribir literatura infantil y juvenil no suele ser fácil y tampoco recibe muchos apoyos ¿Cómo surge la idea de Arroz, agua y maíz? .
Yo tengo dos hijas adoptadas, una de Guatemala y otra de Nepal y eso me ha hecho entrar en contacto, aunque de forma bastante brutal y dolorosa, con la realidad del mundo infantil más allá de nuestro entorno social o cultural más inmediato o accesible. Una cosa es saberse la teoría y otra vivirla, tocarla y hasta quemarte con ella.
Después de esas y otras experiencias , me he dado cuenta de que cuando viajo se me ha desarrollado una especie de olfato especial, algo como una mirada nueva para percibir -- más allá de “la postal” o el tipismo-- la durísima realidad de la infancia en tantos lugares del mundo. Hacía tiempo que quería escribir algo sobre ello y de ahí sale la idea de Arroz, agua y maíz. Un día escribí el primer poema y cuando lo titulé con un nombre de niña, señalé edad y situé al personaje en un lugar concreto del mundo, supe que tenía entre las manos un proyecto del libro. Después vino lo del premio, que fue una maravillosa casualidad, sobre todo porque me dio la oportunidad de publicar con Pintar-Pintar y de contar con las ilustraciones de Elena Fernández que son, en sí mismas, pequeñas obras de arte.
8. La irrupción en nuestro entornos del dispositivo de lectura electrónica abre nuevas formas, posibilidades y espacios para la lectura ¿cómo crees que puede influir en la enseñanza?.
Aún está todo por ver. Yo creo que en la enseñanza los cambios son lentos, con la tecnología y con todo, en realidad. Hace muchísimos años que tenemos vídeos y ordenadores a nuestra disposición en los centros de enseñanza y yo conozco a muy poca gente que los utilice de forma habitual más allá de las materias propias del medio.
A veces salen por la tele esas “clases modelo” con todos los alumnos y alumnas trabajando con su ordenador portátil encima de la mesa pero eso no es lo habitual ni mucho menos. El profesorado sigue entrando en clase con una libreta de notas y, en todo caso, un puñado de fotocopias en la mano. Creo que una cosa es poner los medios tecnológicos para cualquier actividad y otra adaptar los horarios, las aulas, las materias y, en definitiva, los ritmos y el propio concepto de lo que significa “aprender” y “enseñar”. Por poner sólo un ejemplo de lo más prosaico: gran parte de mi alumnado de bachillerato tiene su propio portátil y en las aulas tenemos wi-fi, sin embargo, resulta complicadísimo que lo usen en clase porque eso les obligaría a estar permanentemente pendientes del ordenador en los cambios de clase o en los cambios de aulas porque no hay taquillas ni la garantía de que las aulas queden cerradas o que no sean utilizadas por otros alumnos.

Desde la Biblioteca también se ha hecho una seleccion de libros para que se utilicen en las aulas, que versan sobre la Paz, la no violencia, la discriminación, los derechos humanos








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