Se cumplen 75 años de la
muerte del insigne poeta que da nombre a nuestro centro, Antonio Machado.
El 22 de febrero de 1939 fallecía en Colliure Antonio
Machado, 26 días después de cruzar la frontera.
“Los últimos días de Machado simbolizan la derrota de
la República en la Guerra Civil española.” explica a Europa Press el poeta Luis
García Montero, para quien "si en España existe un poeta nacional ese es
Antonio Machado".
Poetas como Luis García Montero, José Manuel Caballero
Bonald, Benjamín Prado o Luis Alberto de Cuenca recuerdan al autor de
'Soledades' como "un espejo de los españoles íntegros y su ideario
social".
Para
el jerezano José Manuel Caballero Bonald, la muerte del poeta fue "la
desaparición dramática de un hombre decente, de un poeta cabalmente vinculado a
la propia historia vivida". "Supuso
el enaltecimiento de un ejemplo imborrable desde una doble perspectiva humana y
política. Machado fue un espejo de los españoles íntegros y su ideario
social, su filosofía de la vida, su conducta como defensor de la República, su
singularidad dialéctica, perduran como un verdadero paradigma", ha
considera el Premio Cervantes.
Para
el poeta y novelista Benjamín Prado, la historia de Machado es "el símbolo
de la diáspora española, igual que Lorca lo es de las víctimas de la
represión". La tumba del sevillano en el cementerio de Colliure es además
"un aviso de lo que ocurre cuando lo peor que tiene un país toma sus
riendas".
Pero
ante todo, Antonio Machado es su obra poética. "Se trata de un modelo literario que nos enseña que el mejor modo de
ser profundos es ser comprensibles", añade Prado, que opina que la
palabra que mejor define su obra es "emoción".
En
opinión del escritor Luis Alberto de Cuenca, la importancia de la poesía de
Antonio Machado en la lírica contemporánea es "máxima, capital". "El proceso rehumanizador de la poesía
de la Generación del 27 a partir de la Guerra Civil tiene en Machado su
referente, por no hablar del magisterio en todas las generaciones
posteriores", sostiene.
En
el caso de la poeta jerezana Raquel Lanseros, ganadora del Premio Antonio
Machado en 2011, la influencia ha sido "decisiva". "Además de un
extraordinario poeta, Machado reflexionó hondamente sobre el hecho poético en
muchos de sus escritos, elaborando corrientes de pensamiento que fueron
continuadas o retomadas por generaciones posteriores. Para Machado, la poesía
es un diálogo del hombre con su tiempo, pero también "palabra en el
tiempo, la inmortalización del sentir individual y colectivo de una
época", ha indicado.
75
años después de su muerte, la poesía de Antonio Machado sigue
"vigente" gracias "a que tiene la profundidad de lo sencillo,
que en el arte es lo más difícil de conseguir, lo que supera las modas y cruza
el tiempo", opina Fernando Valverde.
En
el mismo sentido, el también granadino Luis García Montero no duda en señalar
que "quizá sea el poeta que más ha marcado la lírica española. Machado fue un maestro del simbolismo
y después fue quien mejor supo poner en duda el sujeto simbolista. La
adecuación del lenguaje a la música del pensamiento y a la naturalidad de la
reflexión íntima me parece una aportación imprescindible para entender la
poesía contemporánea".
José
Manuel Caballero Bonald no duda en afirmar que siempre se ha sentido "más
cerca del Machado simbolista que del modernista o del realista", y
recuerda su obra en prosa. "El pensamiento moral que se articula en el
Juan de Mairena, sí supuso para mí una guía inolvidable. Juan de Mairena es uno
de los libros más originales y seductores del siglo XX español".
La
tumba de Antonio Machado permanece en Colliure, a la entrada de su pequeño
cementerio, en un nicho que cedió la señora Quintana, sobrecogida por el triste
destino de aquella familia. "Se ha
convertido en un lugar de peregrinación. A ella acuden cada año miles de
republicanos que recuerdan el dolor de la guerra española", aclara
Valverde.
(El Mundo, 21-22014)