En la Biblioteca del cole no tenemos miedo al amor.
En el día de los enamorados, poetas como Antonio Machado, García Lorca, Bécquer, Neruda, Benedetti, Julia de Burgos, Luis Cernuda, Ángel González, Luis García Montero, Pedro Salinas, Rubén Darío, Quevedo, y, muchos otros, han hecho que lo perdamos con poemas como este:
Antonio Machado
YO
VOY SOÑANDO CAMINOS
Yo
voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.
Y
todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en
los álamos del río.
La
tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
se enturbia y desaparece.
Mi
cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”.
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”.
Todos los niños, niñas y profes pudieron escoger un poema y llevárselo.